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Medidas útiles para afrontar el confinamiento

Estos días están circulando por las redes multitud de consejos sobre la mejor manera de afrontar el confinamiento impuesto por el Estado de Alarma decretado por el gobierno, medida adoptada a mediados de marzo a raíz de la irrupción de la pandemia del coronavirus, “COVID 19”. Muchos de ellos son bastante válidos; otros, no tanto. Desde un punto de vista psicológico, algunas de las estrategias más pertinentes son las siguientes:

-          Motivación: Recuérdate a diario que este esfuerzo que haces de quedarte en casa contribuye de una manera fundamental al control de la pandemia, y en consecuencia a SALVAR VIDAS. Aparte de evitar encontronazos con las fuerzas de seguridad y de exponerse a posibles detenciones, sanciones o multas, y al margen del probable reproche de nuestros conciudadanos, nuestra motivación para mantenernos dentro de casa se ha de sustentar en el orgullo de sentirnos responsables y solidarios con el resto de la sociedad.

-          Aceptación: Te convenzan más o menos las decisiones que van adoptando las autoridades, no malgastes energía rebelándote contra casi todo lo que ocurre a tu alrededor. Alimentar emociones negativas a menudo fomentadas por el bombardeo de falsas noticias al que estamos sometidos/as; recrearnos en lo mal que está todo, lo fatalmente que se está llevando la gestión de la crisis, etc., solo aumenta nuestra indignación y agranda inútilmente nuestra frustración.

-          Minimización: Aun a sabiendas de que adaptarnos rápidamente a los cambios que conlleva el cumplimiento de las normas derivadas del Estado de Alarma supone un desafío considerable, conviene restarle importancia al asunto dentro de lo posible. Excepción hecha de situaciones que se puedan complicar, en circunstancias normales, quedarnos en casa y no salir salvo en caso de estricta necesidad es, a fin de cuentas, un mal menor.

-          Atractivación: Me permito la licencia aquí de acuñar un “palabro”, donde se fusionan dos ideas, activarte y hacer más atractiva la situación que te toca vivir. A continuación, voy a desarrollar más detenidamente este punto.
Demos un paso más allá. Si ya estamos motivados/as, aceptamos la situación y minimizamos la gravedad del confinamiento, ¿qué más podemos hacer para afrontar lo que seguramente más nos preocupa a este respecto, que no hay fecha para regresar a la vida normal, que tal vez tengamos que pasar semanas e incluso algunos meses recluidos/as?

Este paso adelante es el que marca la diferencia entre la resignación y la proactividad, entre la supervivencia (mental) y el bienestar.

Para que no decaiga el ánimo vamos a empezar por:
1)      Centrarnos en el día a día, no pensar en un plazo más allá de un par de días vista. No nos pongamos en el peor escenario, sufriendo gratuitamente por algo que ignoramos y que aún está por llegar.
2)      Podemos permitirnos descansar un poco más de lo habitual, pero estableceremos horarios, nos pondremos rutinas, con cierta flexibilidad, pero manteniendo unos mínimos de orden y método, que nos ayudarán a estructurar el día y a llevar a cabo tareas que harán que el día transcurra más deprisa. ¡Combatid el aburrimiento!
3)      Cuidaremos nuestra higiene y nuestro aspecto con esmero, nada de abandonarse.
4)      Repartiremos la actividad entre el ocio y el “negocio” (estudio; teletrabajo, en su caso), de forma variada, cambiando también de espacios dentro del hogar siempre que se pueda, habitaciones, patio, terraza, balcón. Varias veces al día nos asomaremos a la ventana a contemplar nuestra calle, nuestro barrio, a tomar el aire, a saludar a un vecino, a escuchar el silencio solo roto por el trino de los pájaros, algo impensable hace pocos días…
5)      Fomentar el entretenimiento de toda índole, lectura, escritura, escuchar o tocar música, cantar, bailar, hacer ejercicio, jugar a juegos de mesa, cocinar, ver series, películas, documentales…
6)      Las obligaciones domésticas nos las repartiremos de forma cooperativa entre los miembros disponibles de la familia, del modo que resulte menos gravoso para todas/os.
7)      Aprovechemos para convivir más a fondo con el resto de la familia, favoreciendo una comunicación asertiva, a fin de prevenir o atenuar los conflictos. Acércate a los demás ahora que dispones de más tiempo para profundizar en las relaciones humanas, de conocerte mejor a ti misma/o y a tus seres queridos.
8)      Mantengamos también el contacto con otros parientes, vecindario y amistades a través de las redes sociales, los videochats, y los encuentros de balcón a balcón.
9)      Para alcanzar el éxito en todo lo anterior, será de gran utilidad emplear buenas dosis de imaginación y sentido del humor, que estimularán y darán color y sabor a todo lo que hagamos.

Este primer artículo sobre las formas de afrontar el confinamiento desde una perspectiva mentalmente saludable pretende ser una invitación a descubrir el potencial de crecimiento personal que nos ofrece el hecho de vernos sometidos a una experiencia que se puede vivir como una situación límite en muchos sentidos, pero también como una oportunidad única para superarnos y valorar aspectos de la existencia que las prisas habituales nos han impedido apreciar hasta ahora.

En el siguiente artículo, que publicaré en los próximos días, abordaremos la situación de confinamiento cuando hay personas enfermas en casa y la obligación añadida de cumplir con una cuarentena. Y posteriormente, en un tercer artículo, me centraré en la preocupación por las tremendas consecuencias económicas y laborales de esta crisis.